Dos sucesos que presencie ayer me hacen ver los contrastes que existen en mi ciudad.
El primero. En un crucero, una persona junto con lo que imagino es su hijo, pedian dinero, un auto de actual modelo primeramente le dio dinero a la persona, pero pocos segundos despúes hizo sonar su claxón para hacer volver a estas personas y regalarle al niño una pelota que llevaban dentro del vehículo. Como dice un amigo "hace que mi esperanza en la humanidad no se pierda por completo".
La segunda. De noche regresaba a mi casa y no había energía eléctrica en varias colonias, incluyendo los semáforos, y los autos en lugar de disminuir su velocidad parecía que lo tomaban como un "free-pass" para ir mas rápido en los cruceros, claramente exponiendo a todos a un accidente y mostrando su poca capacidad para pensar en los demás.
Ayer ví los contrastes que esta urbe tiene para todos.
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